Nueva pasarela en el Dique de St. Elmo en el Gran Puerto de La Valeta / Arenas & Asociados

Curado por ArchDaily

Arquitectos: Arenas & Asociados
Área: 72 m²
Año: 2012
Fotografías:Karl Borg, Hector Beade, Dion Buhagiar, Antonio Violi, Marc Wansky, Vernon Harvey, Samantha Debono, Victor Mercieca

Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Gran Puerto de La Valeta (Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO), ha sido utilizado como puerto desde época romana debido a sus magníficas condiciones naturales de protección. Sirvió de base militar para los caballeros de la Orden de San Juan desde su establecimiento en la isla hasta su expulsión tras la ocupación napoleónica. Casi inmediatamente después y hasta los años 70 del pasado siglo, pasó a servir de base naval británica. Su excepcionales características naturales se vieron incrementadas durante este período al construirse, entre 1903 y 1909, un dique de dos brazos. El mayor de ellos, el de St. Elmo, se ejecutó con una apertura de 70 m en las proximidades de la costa para evitar el estancamiento del agua y permitir el paso de pequeñas embarcaciones. La accesibilidad quedaba garantizada por una pasarela, ejecutada en 1906, formada por dos celosías de cordón superior curvo, apoyadas en una pareja de fustes cilíndricos metálicos rellenos de hormigón. La pasarela fue parcialmente destruida en 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, debido al ataque de un buque de guerra, siendo retirada poco después. Hasta la apertura de la nueva pasarela en 2012, el dique y su faro permanecieron aislados de la costa, siendo solo accesibles por mar.

Diseño

Transport Malta convocó, a finales de 2009, un concurso internacional de proyecto y obra para la construcción de una nueva pasarela, ubicada en la misma posición que la original. Su diseño estaba restringido por múltiples condicionantes (más de lo que suele ser habitual). Entre otros aspectos, se requería lo siguiente: la pasarela debía ser de vano único, con geometría inscribible en la superficie delimitada por una recta y un arco situado sobre ella; debía apoyarse en los estribos de piedra y hormigón originales (reforzados si fuese necesario); debía ser de acero con pavimento de madera, al igual que la original; se debían conservar los restos de la pila original, aunque sin apoyarse en ellos; se debía incluir un mirador con estructura de acero en su llegada al dique.

Nueva pasarela en el Dique de St. Elmo en el Gran Puerto de La Valeta / Arenas & Asociados - Imagen 9 de 50 — © Hector Beade

Pese a todos estos condicionantes, se ha buscado un diseño atractivo, respetuoso con el contexto geográfico, histórico, social y cultural. Se ha planteado una estructura asimétrica cuyo principal elemento estructural es una celosía clásica con cordón superior curvo, de 70 m de luz y con una relación flecha-luz similar a la de las que formaban la pasarela original. La esbelta y elegante celosía se alinea con el borde exterior de la pasarela, volando el tablero de 5.5 m de acho desde su cordón inferior. La sección transversal en forma de L que se configura refuerza la presencia de muros de protección en el lado del estribo en contacto con mar abierto y su ausencia en el lado puerto. El tablero en voladizo constituye un gran mirador continuo hacia el incomparable Gran Puerto de La Valeta, mientras que la celosía principal crea a los peatones una sensación de protección frente a los vientos procedentes del mar, constituyendo una auténtica sucesión de ventanales desde los que observarlo a resguardo. La cara inferior del tablero busca alejarse de los restos de la pila original, tratando de evitar una falsa sensación de apoyo sobre ella.

Pensando en la adecuada durabilidad de la pasarela en un ambiente marino agresivo, además de haber empleado una protección superficial de alta calidad para su estructura metálica, todas sus superficies son accesibles (el pavimento de madera, formado por piezas de pequeño tamaño, se retira fácilmente) y se han utilizado secciones cerradas que, además, cuentan con (atípicas) geometrías que facilitan la evacuación del agua, evitando su acumulación. Por ejemplo, los nudos de la celosía han sido suavizados con transiciones curvas cónicas que expulsan el agua gracias a su fuerte pendiente transversal.

Se han empleado luminarias LED lineales para todos los sistemas de iluminación de la pasarela, ubicadas en el interior de los pasamanos o empotradas en la propia estructura metálica para así garantizar la limpieza de la imagen de conjunto de la pasarela y de sus detalles, incrementando al mismo tiempo la durabilidad de las luminarias y dificultando su vandalización.

Los efectos de segundo orden y las vibraciones inducidas por circulación de peatones fueron detalladamente analizados debido a la luz, esbeltez y configuración estructural poco convencional de la pasarela. Para reducir las aceleraciones provocadas por las vibraciones verticales evitando el empleo de amortiguadores, el interior del cajón secundario del puente fue rellenado con hormigón no estructural para aumentar la masa manteniendo la cantidad de acero estructural.

El diseño de la pasarela trata de aportar una solución atractiva y contemporánea al problema de cruce, pero partiendo del recuerdo de la estructura original y del respeto a los restos que permanecen de ella. La aproximación simultánea al problema desde el punto de vista arquitectónico y estructural ha permitido dar respuesta con éxito a los múltiples condicionantes existentes de un modo simple y elegante, con plena satisfacción del cliente y dentro del presupuesto previsto.

Construcción

La pasarela fue instalada en el dique empleando una embarcación específica, con grúas en la cubierta, de un modo muy similar a como se posicionó en su día la pasarela original. Las restricciones de accesibilidad a la zona para grúas y camiones, y la presencia de los restos de la pila original bajo la sombra de la estructura, impedían utilizar cualquier otro sistema de instalación. La estructura metálica fue fabricada por Emesa en A Coruña (España) y posteriormente transportada alrededor de 1,000 km por carretera, dividida en piezas, hasta el puerto de Cartagena (España) donde fue cargada en la embarcación empleando sus propias grúas de 4000 kN de capacidad. La pasarela llegó a La Valeta cuatro días después de su partida, tras un largo viaje por el Mediterráneo. Una vez allí, después de una espera de dos semanas hasta que las condiciones del mar resultaron adecuadas para la delicada maniobra de instalación y tras un intento fallido, los estribos del dique fueron conectados nuevamente tras algo más de 70 años.

http://www.youtube.com/watch?v=M-PT4CXHvHs